En este artículo me voy a referir a las principales corrientes que existen en psicología para proporcionar una orientación sobre como los diferentes enfoques abordan la psicoterapia.
La psicoterapia es la relación que se establece entre un profesional preparado en el proceso de facilitar el cambio psicológico y una persona que en un momento de su vida precisa de ese apoyo y acompañamiento dirigió a tomar conciencia de cómo y para qué hace las cosas.
Esta definición general engloba un mundo de dificultades por las que puede pasar la persona y una gran variedad de forma de afrontarlas. Así los paradigmas desde donde se desarrolla esta profesión son bastante variados. Si tenemos en cuenta que todavía el conocimiento del sistema nervioso y su funcionamiento es muy limitado el abordaje de lo que ahí sucede está abierto a muchas especulaciones. Así nos movemos entre corrientes que solo contemplan aquello que está demostrado científicamente hasta otras más filosóficas basadas en reflexiones subjetivas; el máximo exponente de este tratamiento acientífico de lo psicológico lo representarían las diferentes religiones.
Desde mi punto de vista, mientras observamos como avanzan la neuropsicología, la química y la biología, necesitaremos recurrir a métodos y técnicas que, no estando totalmente demostrados empíricamente, funcionan fenomenológicamente, es decir, sirven en el tratamiento de la persona que sufre. Siempre y cuando no caigamos en la manipulación y el engaño y vaya dirigido a que la persona que en ese momento ejerce como paciente/cliente tome conciencia y se haga responsable de su forma de proceder.
PSICOANÁLISIS
La hipótesis fundamental es que los trastornos mentales, e incluso algunos físicos, no se deben a lesiones orgánicas en el cerebro o en cualquier otra parte del cuerpo, como hasta entonces la medicina y la psiquiatría habían supuesto, sino que eran originadas por un bloqueo psíquico, generalmente de carácter sexual, ocasionado en la infancia y latente en el inconsciente.
El psicoanálisis, fundado por Sigmund Freud a finales del siglo XIX, ha sido la gran fuerza integradora de la psicología hasta la década de los 50. Constituyó una teoría revolucionaria de la naturaleza humana y aportó una perspectiva nueva que esclareció muchas conductas hasta entonces totalmente incomprensibles.
La terapia psicoanalítica consistía, en hacer revivir al paciente los hechos traumáticos de la infancia, mediante La asociación libre, la interpretación de los sueños y el análisis de los actos fallidos para así descargar una energía que no había encontrado cauce de expresión.
Generalmente, el paciente permanece acostado y sin contacto visual con el terapeuta. El terapeuta se coloca detrás manteniendo en una actitud neutra, “atención flotante”, que consiste en escuchar de forma atenta pero plana las asociaciones que vaya haciendo el paciente.
CONDUCTISMO
Esta teoría psicológica, surge en gran medida como contraposición a la metodología psicoanalítica. Su pretensión es convertir a la psicología en una ciencia experimental, dominada por el positivismo.
El positivismo representa los fundamentos filosóficos de una revolución científica que estaba cambiando la concepción decimonónica del ser humano y su mundo. Rechazaba cualquier especulación que sonase a poderes trascendentales o esencias ocultas. Acepta como reales únicamente aquellas teorías que pueden comprobarse.
Para la psicología conductista, la persona al nacer es una tabla rasa, una pizarra limpia sobre la que escribe la experiencia. Aspiraba a ser capaz de predecir la respuesta de la persona ante un estímulo determinado; ser capaz, de conocer el estimulo que ha producido una reacción.
Por lo cual, el estudio se centra pura y simplemente en el comportamiento observable; hace hincapié en los hechos objetivos (estímulos y respuestas), dándoles prioridad sobre los aspectos puramente personales y subjetivos de la conciencia.
Sus técnicas son muy concretas y se centran en la desadaptación de los hábitos adquiridos, ya que consideran que todo es resultado del aprendizaje y que no existe nada previo en el ser humano que pueda influir en su comportamiento; no tienen en consideración las estructuras profundas de la personalidad que pudieron originar dichos trastornos.
Se utilizan técnicas de modificación de conducta enfocadas en superar el síntoma. No atienden al origen del conflicto, ya que no consideran relevante lo que pueda suceder a nivel intrapsíquico detrás de un determinado comportamiento.
TERAPIAS COGNITIVAS
Réplica a la insatisfacción que suscitaba el conductismo radical, la psicología cognitiva supone la superación de las teorías clásicas. No se puede considerar el organismo como una tabla rasa; ante un estímulo determinado no todo el mundo reacciona igual, ya que existen una gran cantidad de variables personales (bio-psico-sociales) que determinan respuestas individuales.
Así, esta corriente psicológica se preocupa del estudio de los procesos mentales y como estos determinan la conducta; al igual que el conductismo se basa en el método científico y rechaza a la introspección característica del psicoanálisis.
Desde la psicología cognitiva aparecen varios tipos de terapias, las más conocidas son la terapia racional emotiva de Ellis y la terapia cognitiva de Beck. Estas terapias se centran en la reestructuración cognitiva y el desarrollo de competencias de afrontamiento y de solución de problemas, atendiendo a las ideas irracionales y distorsiones cognitivas. En este abordaje terapéutico también es reseñable la importancia que da al componente psicopedagógico, facilitando recursos externos a la terapia para que la persona evolucione en su autoapoyo.
CORRIENTES HUMANISTAS
El humanismo en psicología se fundamenta en las teorías de Rogers y Maslow. El enfoque humanista valora la autenticidad, el ser genuino y abierto a uno mismo y a los demás. Existe profunda confianza en la capacidad de la persona para crecer y realizarse. Se pretende hacer aflorar la energía vital, constructiva, sana, que existe en cada persona y que únicamente espera condiciones favorables para manifestarse.
A lo largo de la década de los 60 aparecen una infinidad de centros, principalmente en California, que recogen la antorcha de estos autores. Todos tienen en común la actitud de rebeldía frente a la fragmentación del ser humano, y la deshumanización de sus relaciones con sus semejantes. Se produce un cuestionamiento de la forma de vida norteamericana por parte de la juventud de las clases medias. No sienten la urgencia de prevenir el futuro, sino de vivir el presente. Se trata de encontrar una nueva forma de vida sencilla, libre y sin las tensiones alienantes de una sociedad hipócrita.
En cuanto al modo de abordaje terapéutico, la idea general de las terapias humanistas tiene que ver con reforzar las cualidades positivas del paciente para que llegue a la aceptación y amor hacia sí mismo, como condición fundamental para lograr la consideración de los demás.
Para Rogers la relación terapéutica se basa en asesorar o acompañar más que en la idea de curar a alguien. Se plantea como un proceso de crecimiento personal no vinculado necesariamente a la psicopatología. Se trata de comprender a la persona desde una aceptación incondicional y convertirse en el espejo de su expresión para que ella se vaya conociendo y aceptando.
La dificultad principal de la psicología humanista está en la falta de fundamentación teórica y metodológica; estamos ante una amplia gama de técnicas disponibles que la experiencia demuestra que funcionan pero no ha establecido una estrategia para evaluar lo que ofrece. Actualmente se va dedicando atención a validar las técnicas y los resultados obtenidos con la psicoterapia humanista.
Dentro del enfoque humanista nos encontramos con diferentes tipos de terapia. Podemos decir que estas terapias comparten principios generales y que se diferencian en técnicas y estrategias específicas que utilizan.
Entre las más significativas estarían: psicoterapia gestalt, terapias corporales, terapia de enfoque sistémico, terapia existencial, terapia de las necesidades humanas, psicología transpersonal y análisis transaccional.
A la psicoterapia gestalt dedico un capítulo específico por ser el paradigma del que he trabajado y formado durante más tiempo.